Por Maritza Nepas
Hoy vengo a contarles de la recolección de catzos, una tradición gastronómica, muy antigua, nutritiva, deliciosa, que existe en La Chimba; una comunidad de la parroquia Olmedo perteneciente al cantón Cayambe; es ahí exactamente, en dónde descansan los restos mortales de la gran líder indígena que fue Transito Amaguaña.
Esta experiencia de madrugar a la recolección de los catzos es única diría yo, ya que solo una vez al año se puede realizar esta actividad y degustar estos deliciosos insectos; esta costumbre ha ido de generación en generación en la comunidad desde nuestros abuelitos, padres y ahora nosotros.
¿Cuándo aparecen los catzos?
Con las primeras lluvias de noviembre, los catzos comienzan a aparecer en las madrugadas, salen a aparearse; para poder recolectarlos es sumamente necesario tomar en cuenta el clima, por ejemplo si en el día hace un sol fuerte y en la tarde llueve, es muy probable que se los pueda encontrar en la madrugada.
Al día siguiente las personas se levantan muy temprano a las 4:30 am más o menos, comienzan a alistarse con ropa abrigada y preparan el recipiente o funda para ir a recogerlos, con todo listo se dirigen a sus terrenos. Alrededor de las 5:10 am aparecen los primeros catzos, volarán aproximadamente por 15 minutos. Es ahí en dónde se los recolecta, en el aire, porque es más fácil atraparlos. Pasado ese tiempo los insectos vuelven a la tierra; los pájaros ya comienzan a cantar y eso es una señal que el plazo de su vuelo ha terminado
Luego de eso las personas regresan a su casas, algunas familias pelan las “plumas” (caparazón, alas y patas) de los catzos ese mismo día y las botan en la calle, siendo esta una señal con la que se entiende que esta familia ya los recolectó. En cambio existen otras personas que los guardan en un recipiente grande con harina para que se alimenten. Al día siguiente los pelan y continúan con su preparación, utilizando agua con limón para lavarlos. Después los fríen con ajo, cebolla, sal; cuando están listos se sirve acompañado de tostado.
En fin, sentir la satisfacción de vivir la recolección de los catzos en pleno vuelo es única, experimentar la emoción de que tu funda o tu recipiente se va llenando y luego poder compartir con tu familia es extraordinario; por eso debes alguna vez en la vida ¡participar de esta recolección!
Es genial el texto y los recuerdos de las tierrad de nuestra gran lider Dolores Cacuango.
Nuestra gran líder! Gracias por leernos Luis! Un abrazo