Una cueva convertida en hotel

Una cueva convertida en hotel

Por Daniela Reyes

¿Cómo eran antiguamente la cueva? 

Hace aproximadamente 45 años Álvaro Bustamante comenzó a esculpir sobre el macizo de una roca sin forma lo que sería una casa de hacienda, la excavación la realizó a mano, con pico y pala por lo que tardó alrededor de 20 años en ser terminada y recibió el nombre de “Posada al cielo”.

La cueva después de pasar por su período de restauración por más de 10 años, en el año 2018 abre sus puertas convirtiéndose en un hotel-restaurante rústico lleno de historia; al recorrer los pasillos todavía se puede evidenciar los rasgos de los picazos de la excavación lo que causa mucho asombro a los visitantes.

¿Cómo está estructurado el hotel?

Este hotel cuenta con 8 habitaciones con todas las comodidades, cada una posee su sala de estar tipo porche, chimenea, una vista directa a la laguna; además son adaptadas para personas con movilidad reducida.

La gastronomía conserva los sabores de la cocina ecuatoriana, y se puede disfrutar de un buen plato al pie de la chimenea con una vista inigualable; si de relajación se trata el lugar ofrece un jacuzzi en el interior de la cueva.  

                                                                              Parte interior de las cuevas

¿Qué actividades se pueden realizar en el hotel?

Para hacer la visita más amena y al estar ubicado en medio del bosque este lugar ofrece muchas actividades entre las cuales están:

  • Caminatas por senderos, que llevan a dos pequeñas cascadas y una cueva natural a la que se puede ingresar pocos metros, para lograr ver la filtración de agua que crea un pequeño arroyo de agua apta para consumo humano.
  • Realizar cabalgatas.
  • Pesca.
  • Escalada.
  • Turismo experimental, que se trata de visitar la cueva de maduración de quesos para participar en el maridaje de vino y degustar de los quesos; además los visitantes podrán elaborar su propio queso con leche que ha sido ordeñada por ellos mismos.
  • Visitar plantaciones de rosas y conocer su proceso.

Es una buena opción para sentir tranquilidad y desconectarse de la vida acelerada de la ciudad, estas cuevas se encuentran a 40 minutos de Quito, cerca de Pifo.

Para asegurar la mejor estadía el hotel solo permite alojarse con previa reservación; así brindan una atención más personalizada y una calidez única como en casa.

Descubre y vive esta experiencia en medio de un bosque de eucaliptos con nosotros.

Si quieres participar en esta experiencia inscríbete aquí: https://acortar.link/RegistroCuevas

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