Es tradicional que cada 2 de noviembre se preparen viandas para ser compartidas con vivos y muertos. Existen hay dos alimentos que se ganan los vítores y las palmas de los más exigentes paladares, les hablo de la colada morada y de las guagas de pan; los alimentos por excelencia de estas festividades.
La colada morada como bien dice su palabra es una bebida espesa que tiene como fondo una mixtura de hierbas aromáticas (izhpingo, arrayán, ataco, hojas de naranja, hierba luisa, cedrón) que le dan un toque y aroma característico.
Además, es una bebida donde los frutos rojos predominan; son ellos quienes marcan la diferencia, siendo el más importante el mortiño, que le aporta color, acidez y cuerpo a la colada. En fin, es un néctar que infalible en las mesas de nuestro pueblo.
Ahora hablemos de guaguas y no precisamente de aquellos pequeños saltimbanquis que alegran las escuelas. Si no de las que están hechas con harina y son el acompañamiento predilecto de la tan afamada colada morada.
La guagua es un tipo de pan antropomorfo con relleno decorado con glasé y que se asemeja a un muerto envuelto en tela; como dictaba la tradición de antaño del entierro.
Este pan hacía poco tiempo se lo preparaba en comunidad. Es decir, se reunían las personas para elaborar la masa, el relleno y el decorado de la misma.
Lamentablemente con el tiempo se ha ido perdiendo esa costumbre. Ahora, los panaderos, son los encargados de todo el proceso y algunos hasta reinventan el relleno tradicional que era de guayaba.
Sin duda, la colada morada y las guaguas de pan; lo mejor de noviembre!
En definitiva, si estás decido en viajar en el mes de noviembre es menester que te detengas en cualquier recoveco donde veas en una paila humear y danzar a borbotones a un espeso líquido y junto a ella a una figura extraña de pan.
De seguro será una experiencia que no olvidarás.
Y como diría la abuela “hijit@ una vez que pruebe no ha de querer soltar”