Foto y texto María Augusta Obando
El consumir local tiene un abanico de beneficios, impulsa y dinamiza a la economía, reduce la huella de carbono, la calidad mejora.
En una sociedad organizada como en la que vivimos, sabemos y entendemos que si solo consumimos productos extranjeros o de grandes empresas no contribuimos de una manera positiva al crecimiento del país con sus habitantes. EL productor local nos necesita tanto como nosotros a él.
Al consumir en los mercados, las ferias libres, ayudamos directamente a las familias, ya que pueden comercializar directamente sus productos sin intermediarios, fomentamos la unidad familiar y por lo tanto pueden vivir mejor. Con ingresos las mujeres también obtienen su independencia económica, se fortalece su imagen en el hogar; hay muchos casos comprobados que cuando la mujer empezó a aportar económicamente los episodios de violencia doméstica disminuyeron.
Al consumir local estamos generando identidad; pieza fundamental para el desarrollo económico y cultural de un país. Por ejemplo cuando se apoya al diseñador gráfico Pachay, el cual se inspira de las vivencias diarias, la memoria oral de sus antepasados; vamos a encontrar grandiosas creaciones que representan su entorno, en dónde plasma el amor por la cultura andina en sus productos. O como el pintor Rigoberto Pazmiño Inti que con su sensibilidad proyecta la belleza del Ecuador muchos aspectos, como los danzantes, paisajes, ciudades.
Al consumir la gastronomía ecuatoriana no solo honramos a nuestros antepasados que se esforzaron para crear platos extremadamente deliciosos, tanto como para las celebraciones importantes como para días normales, utilizando los productos regionales. Por el momento hay muchos ecuatorianos que están emprendiendo, como los hermanos Bermeo y su proyecto KWA, que de una manera muy divertida y original nos enseñan o recuerdan el sabor de la cocina ecuatoriana; la Cuchara Orgánica, con el amor de la Mamita Pastora nos invitan a probar toda la gastronomía ecuatoriana de una manera orgánica, vegetariana, con mucho sabor, al punto de no poder diferenciar el hecho de que se está comiendo carne vegetal
Al consumir música local, muchas veces encontramos personas que hablan de sus experiencias, algunas veces muy similares a las nuestras, de alguna maneras así se reafirma la identidad; como por ejemplo con el grupo de música Guardarraya, gusta mucho no solo por la calidad en la composición, sus videos, sus letras; sino también porque las nuevas generaciones se alegran y se identifican con su música. Otro ejemplo muy conocido lo tenemos con la Orquesta de Cámara Quishuar en dónde se fomenta el aprendizaje de la música clásica junto con la música ecuatoriana desde muy temprana edad, este proyecto nació de la organización Huasipungo que por medio de talleres, conciertos y charlas, presta servicios culturales en literatura, danza y cine documental; al consumir el arte local, la curiosidad nace, e invita a conocer más lo nuestro o a crear nuevas versiones que involucran ritmos como el Albazo, San Juanito, o como lo hizo Ale Robalino al componer el Villancico en Albazo «Cariñito mío» . Swing Original Monks, experimenta mucho con ritmos locales y su éxito es rotundo.
Es muy importante encontrar un balance entre el consumo local y el consumo de las corporaciones o productos extranjeros, así todos ganamos y es posible vivir en una sociedad más sana.